Un Librepensador

Sabado por la mañana. Se despierta uno pensando "No hay que ir a currar". Esto, automáticamente te hace felíz.
Luego, recuerdas que hay que abastecer la despensa, dado que si no, luego vas y no hay productos.
- Tenemos que ir a comprar, no ? - dije...
- Si. - Responde mi esposa.
- A donde vamos ? - Como esto es una sociedad de consumo y de libre mercado, pues te planteas varias opciones.
- Pues si eso vamos al Carrefour que tengo un vale de 12 euros y pico que me dieron un día, que se conoce que te acumulan puntos o no se que, total, que caduca hoy. - dijo ella.
- Pues vale. Vamos.

Arranco el vehículo, embarco a toda la tropa y para el Carrefour. Como era prontito, pues habia sitio para aparcar en la puerta. Vale, Estupendo. Cojo a los enanos, mi mujer va a por un carrito y para dentro.

Empezamos a dar vueltas con el carro como hace todo bicho viviente cuando se encuentra en el interior de uno de estos templos al consumismo.
Empezamos a llenarlo con las cosas necesarias para la subsitencia, pues hace tiempo que hemos aprendido que todo lo que echas en él, luego lo tienes que pagar. Es decir, procuramos no llenarlo de gilipolleces.

Bueno, pues una vez atiborrado de productos el transportín, y miradas todas las estanterias, pues nos vamos a la caja. Como he dicho anteriormente, era temprano, por lo que no tuvimos que esperar cola. Estupendo.

- Hola - dije yo. a una chica rubia acompañada por una morena que estaba aprendiendo. Entre las dos no sumarían ni 38 años.
- Hola - dice la morena. La otra miraba como los buhos, no decía ni pio.
Empezamos a pasar los productos por el lector de barras... cuando termina, le doy la cajamadrí y el carné, y le dije:
- Ah, y espera que creo que tenemos un vale descuento. - Mi mujer rebusca y se lo da.
- A ver... si, ¿ me deja su tarjeta carrefur ? -Mi esposa le da la tarjeta Carrefour, la pasa por el escaner y dice:
- Uyyy. - Dice ella, la rubia, mientras la morena observa- pues no coincide su número de tarjeta Carrefour con el del vale...
- ¿ Y ? - Respondí.
- Pues que entonces no se puede hacer el descuento.
- Si claro. - respondí, sin mosquarme,- A ver, y eso quien lo dice? - Pregunté.
- Pues el ordenador - TACHAAAN. ¡ Atención !, en este punto, cualquier habitante de mercadomundo, se calla y dice "Ah, pues vale, lo dice el ordenador, ese ser supremo que no se equivoca nunca y es más que yo", y se acabó. Pero claro, yo no admito un ordenador como si fuera un notario ...
- Y que si lo dice el ordenador, aquí en este vale pone que me tienes que descontar 12 euros y este vale me lo dio una compañera tuya, es decir, que tu estás dudando de mí y yo me tengo que creer lo que dice tu ordenador. Pero. Tranquila chica, que tú no tienes la culpa. Ya se que eres otra víctima y que seguramente estos te pagarán una basura de sueldo.
- Ya te digo, menudos son.- Me responde.
- Mira, haz una cosa, llama a tu jefe y se lo contamos.. total, a ti te viene bien porque mientras este yo aquí, no vas a estar currando y yo no tengo prisas ...
- Vale, - Coje el telefono... cuenta el rollo y aparece otro pipiolo...
- Verá, - me dice- es que el ordenador -ya estamos- dice que el vale ese pertenece a un tal Fulanito de Copas y que claro, pues que no se le puede hacer el descuento.
- Bien. Vale.- le dije- Ahora te cuento yo lo mio. Verás, hemos venido a comprar aquí de entre los miles de millones de sitios que venden cosas, por el valecito este. Vale, el cual, nos disteis vosotros. Si me dices que no me descuentas los 12 euros, pues de quedas con la compra... o si eso, preguntale a tu jefe.
Yo, a todo esto, interiormente estaba disfrutando. ¿ Por ? Pues porque no estaba cabreado, simplemente estaba jugando para ver hasta donde llegaba la tontería suprema de la jerarquía en el Carrefour este ... A ver, que me pierdo.
A todo esto, se queda mi mujer en la caja con las chicas, los enanos se va a ver la tienda de animales, y yo de buen rollo, sin mosqueos ni nada, me voy a la caja central que es donde estaba se supone que el jefe. Me encuentro con una mujer que me cuenta el mismo rollo:
- Si, es que no coincide el número... etc, etc ...- pues eso...
A lo que yo le expongo lo mismo. Y añado:
- Pues bien, si tu no me descuentas el vale, yo no te compro. Asi que ... - Y aparece el director del centro en ese momento- ... aboname el contenido - Porque, a todo esto, ya había pagado con la tarjetita del oso.
- ¿ Que pasa ? - Dice el director. Mismo rollo otra vez y añado:
- Si el ordenador dice que no es mio el ticket, es facil, también te dirá que seguramente este ticket salió simultaneamente o inmediatamente antes de que yo pagase, compruebalo, con lo que puede que la cajera me lo diera por equivocación, pero para el caso me da igual, porque yo he venido por eso, es decir, por el vale y la cajera me lo dió a mi.
- Ya, se trata con esta campaña de fidelizar al cliente. - Me dice, a lo que yo, estupefacto, le respondo:
- Pues a mi me estais fidelizando de cojones.
- Es que no coincide el número. - El tio, embuclado.
Entonces, cambié el chip, pensé "cuidado, estoy hablando con un emulador de conversación, es un ciborg, está programado". Opté por usar el refrán de "Nunca discutas con un tonto porque la gente puede que no note la diferencia", así que le respondí:
-Pues sois unos monstruos del marketing. Verás, hace una hora que tienes una caja inutilizada, te voy a devolver una compra de 90 euros, he hablado con 4 empleados, no sois capaces de ver que por 12 euros me estais tocando las narices, y preferís eso, pues nada. Me habeis demostrado que no tengo que comprar mas aquí, así que, tu haz lo que quieras, que yo también. Reembolsame la compra que yo ya contaré esto en la red -en ello estoy-, y se lo contaré a todos mis vecinos, - que nos vamos a reir, eso no lo dije, pero lo estaba pensando.
- De acuerdo, caballero- A todo esto el hombre no sabía donde meterse, porque según deduje, JAMÁS se habia encontrado con un cliente que no fuese un borreguito - Pues traiga el carro aquí y le reembolsamos su compra.
- Vale, pero yo no traigo el carro, yo me vuelvo a la caja- Y me volví. Pero sin cabrearme. Ya digo, estaba disfrutando. Cuando llegué, le digo a mi mujer.
- Nada, el director es otro pringaillo, que se queden con la compra.
- Vale.- Dije ella, que también esta harta de que los ciudadanos de a pié seamos unos pringaos.
Al ratito, aparece una chica, coje el carro muy amablemente, y yo me fuí con ella a la caja central. Y me dice:
- Tengo que pasar los productos por el escaner.
- Pues vale, tu misma. No tengo prisa.
A lo que pasa todos los productos, incluida la barra de pan con el mordisco... y empieza a comparar las cuentas... Yo sabía que no le iban a cuadrar, dado que mis criaturas ya se habian zampado los dos chupachups.
Ellas venga revisar las cuentas, mientras yo, penosamente y con riesgo para mi salud, me aguantaba la risa como podía, esperando que me dijeran algo... Se conoce, que el ridículo que les habia hecho pasar a todos fue superior a lo normal, por lo que al final, dedujeron que era mejor no mencionar lo del importe los chupa chups y los absorbio la multinacional (Espero que no bajen sus acciones por ello).
- De acuerdo, caballero, todo bien. Aqui tiene su abono... - Y me dan un resguardo de abono de la cajamadrí por lo mismo que yo, una hora o más antes, ya había pagado.
Efectivamente, el total del importe, incluidos los dos chupa chups y el bocado de la barra de pan.
A continuación, nos fuimos a tomar unas Mahous, mientras le contaba a mi mujer el nulo poder de decisión del director, lo pringaos que son, etc, etc... y estaba mas feliz que un ocho. Había hecho lo que tantas veces piensa la gente y nunca llega a hacer, rebelarme. No acceder a la burrocracia. Porque total:
¿ Para quien trabajaba la chica ? Para Carrefour.
¿ Quien tiene que asumir los errores ? Carrefour.
Como habreis podido deducir, lo de los 12 euros, me traia sin cuidado... era el hecho. Se dudaba de mi palabra a favor de la de un ordenador.
La moraleja de esta historia es la siguiente. Rebelaos, no pasa nada. No os dejeis amedrentar por nadie, y menos por que se dude de vuestra palabra.
¿ Quien mantiene a los centros comerciales ? Nosotros. Nosotros tenemos el poder, pero tenemos que ejercerlo. Mejor nos iría, si cada vez que nos quieren hacer pasar por tontos, nos negásemos a dejarles nuestro dinero. Eso haría crecer la dignidad de las personas y disminuir la de las transnacionales.
No son todopoderosos, no les dejeis.